Brexit, un tremendo autogol

Sergio Lehmann

Malas noticias para el Reino Unido y la economía mundial. La opción por el Brexit conlleva no sólo un efecto económico negativo para los británicos por su abandono de la Unión Europea, sino que además implica un peligroso precedente para otros países, que podría determinar un potenciamiento de grupos nacionalistas, anti-inmigrantes y contrarios a la globalización.

Las políticas que han empujado una mayor integración económica y financiera han contribuido a un desarrollo económico mundial sin precedentes. En 15 años, como consecuencia de un comercio internacional que ha crecido con fuerza, se ha duplicado el ingreso per cápita global y la extrema pobreza en el mundo se ha reducido a la mitad. Hoy, esto está en riesgo. Hacia delante podríamos ver mayores barreras al intercambio comercial mundial, lo que conduciría a un crecimiento global más bajo y un desarrollo económico que avanzará más lento.

La economía británica será golpeada por su opción de abandonar la Unión Europea. La incertidumbre económica que se abre, sumada a las dudas en materia política, llevan a una caída en la confianza y, como consecuencia, se resentirá la inversión y el consumo. Esto se suma a los efectos económicos negativos directos por dejar de pertenecer al bloque europeo, lo que será especialmente perjudicial para su sector financiero. El Reino Unido perderá competitividad y su crecimiento será más bajo.

El efecto sobre la economía mundial dependerá de cómo el resto de los países lean esta acción. En la medida que las consecuencias económicas y políticas se palpen con relativa rapidez, se entenderá que el castigo por este evidente autogol es severo, lo que llevará a posturas más moderadas en otros países. Es posible que las recientes elecciones españolas estén captando este fenómeno. Si es que, por el contario, se fortalecen las posiciones nacionalistas, que llevarían a un mayor proteccionismo, el efecto global será más significativo. De todas formas veremos una caída en el crecimiento potencial mundial, en torno a dos décimas, producto de la alta incertidumbre que se mantendrá en los próximos trimestres. En Chile veremos también impactos. Aún cuando el Reino Unido no es un socio comercial importante, los efectos globales llevarán a un crecimiento algo más bajo en nuestra economía.

Mientras se van digiriendo los alcances económicos del nuevo escenario, los bancos centrales se han puesto en alerta, previéndose mayores estímulos monetarios. Si bien esto contribuye a moderar los costos del Brexit, se advierten factores estructurales sobre la economía mundial. Vendrá un período de incertidumbre política y definiciones complejas en Europa. Puede ser que esta experiencia lleve al resto de los países a defender con mayor convicción las políticas que han fortalecido su desarrollo. Para ganar el partido no sólo debemos evitar meter goles en nuestro propio arco, sino que es necesario continuar fortaleciendo la integración y cooperación internacional, entendiendo que cada economía tiene atributos y ventajas comparativas, las que, a través de una mirada global, pueden ser bien aprovechas en beneficio de la sociedad.